La mujer tenía 64 años y había dejado claro por escrito su deseo de morir a médicos y familiares.- En 2010 hubo 25 casos de eutanasia en casos de demencia leve
(Foto: Los ministros de Justicia de Holanda Benk Korthals y Sanidad, Els Borst, defienden en la Cámara Alta del Parlamento holandés la nueva Ley de Eutanasia, en La Haya)Una década después de la aprobación de La Ley de Eutanasia en Holanda, ha sido aplicada por primera vez a una paciente con demencia severa. Se trata de una mujer de 64 años, residente en Brabante (al sur del país), que había perdido ya la consciencia de sus actos antes de morir. A pesar de que la ley exige que el enfermo pida la eutanasia por sí mismo de forma clara y reiterada, ha valido una declaración escrita firmada por la fallecida. El documento es indispensable para que médico siga adelante con el procedimiento, y la fallecida señaló así su deseo de morir. Según sus parientes, "no quería perder por completo la cabeza y depender de otros confinada en un centro".
En 2010, se registraron 25 casos de eutanasia en personas con "demencia moderada". Las cinco comisiones de ética encargadas de estudiar todas las practicadas al año, consideraron legal la labor de los médicos. La paciente con demencia severa de Brabante falleció en marzo pasado, y su médico consultó antes con otra colega. La segunda opinión es también obligada (lo mismo que constatar el sufrimiento insoportable del enfermo, que este no tenga cura posible y pida con lucidez y sin reservas la eutanasia). Constance de Vries, la segunda médico que revisó el caso, ha declarado que trató "largamente con la mujer sobre la eutanasia". "En el momento de morir, sin embargo, ya no hablaba con claridad. Tampoco sabía bien que fallecería después de la inyección que se le pondría. Por eso era esencial que hubiera pedido morir por escrito".
A pesar del amplio apoyo social con que cuenta la eutanasia en Holanda, con un 90% de la población a favor, la práctica sigue penada hasta con 12 años de cárcel si los médicos quebrantan la norma. En 2004, hubo una polémica nacional al saberse que había sido aplicada a tres personas con la enfermedad de Huntington -que provoca demencia progresiva- y a otra con Alzheimer. Los fiscales aceptaron como "sufrimiento insoportable" la pérdida de movimientos y el descenso hacia la demencia de los tres primeros afectados. El cuarto estaba todavía lúcido, pero sus padres habían muerto de Alzheimer y no quería acabar así. Su médico informó a la justicia y los cuatro casos fueron archivados. Según Gert van Dijk, filósofo ético, hay menos problemas cuando las expectativas de vida son mínimas. "Es difícil para los médicos. Pero más con la demencia, que no siempre deteriora la salud física", ha señalado.
Otro de los puntos más delicados de la Ley de Eutanasia holandesa atañe a los bebés con malformaciones o males incurables. En 2005, se supo que, entre 1997 y 2004, había sido aplicada a 22 recién nacidos con espina bífida. Desde entonces, una comisión de expertos (formada por un jurista, un pediatra y un ginecólogo) asesora a los fiscales en estos casos. Como la Ley sigue sin incluir a los recién nacidos, la comisión se apoya en el protocolo elaborado por un grupo de pediatras hospitalarios de Groningen (al norte del país). En esencia, exige que los padres sepan lo que ocurre con sus hijos en todo momento. También obliga a pedir una segunda opinión médica.
Bélgica aprobó la eutanasia en 2002. Luxemburgo lo hizo en 2009. También es legal en Suiza y en los Estados de Oregón, Washington y Montana. En Estados Unidos, sin embargo, el paciente, y no el médico, pone fin a su vida. Holanda ha registrado un promedio total de 2.500 eutanasias anuales desde su aprobación. En un giro extremo, 125.000 personas presentaron el pasado año una solicitud al Parlamento a favor del suicidio legal a partir de los 70 años. Marie José Grotenhuis, una de las promotoras del grupo "Por voluntad propia", lo pedía "para los ancianos que consideren completada su vida". En su opinión, la sociedad debe aceptar que gente madura y sana no quiera sufrir al envejecer.
El País, 09/11/2011
A pesar del amplio apoyo social con que cuenta la eutanasia en Holanda, con un 90% de la población a favor, la práctica sigue penada hasta con 12 años de cárcel si los médicos quebrantan la norma. En 2004, hubo una polémica nacional al saberse que había sido aplicada a tres personas con la enfermedad de Huntington -que provoca demencia progresiva- y a otra con Alzheimer. Los fiscales aceptaron como "sufrimiento insoportable" la pérdida de movimientos y el descenso hacia la demencia de los tres primeros afectados. El cuarto estaba todavía lúcido, pero sus padres habían muerto de Alzheimer y no quería acabar así. Su médico informó a la justicia y los cuatro casos fueron archivados. Según Gert van Dijk, filósofo ético, hay menos problemas cuando las expectativas de vida son mínimas. "Es difícil para los médicos. Pero más con la demencia, que no siempre deteriora la salud física", ha señalado.
Otro de los puntos más delicados de la Ley de Eutanasia holandesa atañe a los bebés con malformaciones o males incurables. En 2005, se supo que, entre 1997 y 2004, había sido aplicada a 22 recién nacidos con espina bífida. Desde entonces, una comisión de expertos (formada por un jurista, un pediatra y un ginecólogo) asesora a los fiscales en estos casos. Como la Ley sigue sin incluir a los recién nacidos, la comisión se apoya en el protocolo elaborado por un grupo de pediatras hospitalarios de Groningen (al norte del país). En esencia, exige que los padres sepan lo que ocurre con sus hijos en todo momento. También obliga a pedir una segunda opinión médica.
Bélgica aprobó la eutanasia en 2002. Luxemburgo lo hizo en 2009. También es legal en Suiza y en los Estados de Oregón, Washington y Montana. En Estados Unidos, sin embargo, el paciente, y no el médico, pone fin a su vida. Holanda ha registrado un promedio total de 2.500 eutanasias anuales desde su aprobación. En un giro extremo, 125.000 personas presentaron el pasado año una solicitud al Parlamento a favor del suicidio legal a partir de los 70 años. Marie José Grotenhuis, una de las promotoras del grupo "Por voluntad propia", lo pedía "para los ancianos que consideren completada su vida". En su opinión, la sociedad debe aceptar que gente madura y sana no quiera sufrir al envejecer.
El País, 09/11/2011
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