Países Bajos registra 6.091 decesos por este procedimiento en 2016, un 10% más que el año anterior
La aplicación de la eutanasia en Holanda aumentó un 10% en 2016 hasta sumar 6.091 casos (un 4% del total de las muertes registradas en el país). En 10 ocasiones, los médicos encargados de las mismas no consultaron adecuadamente a otro colega para obtener una segunda opinión, como estipula la vigente Ley de Eutanasia (2002). Según el informe anual elaborado por las cinco comisiones regionales que las analizan, un facultativo recibió el año pasado la primera reprimenda registrada desde la entrada en vigor de la norma. Fue por haber seguido adelante a pesar de que la paciente, una mujer de unos 70 años con una demencia severa, no podía ya confirmar su deseo de morir. Un 83% de los enfermos padecía cáncer, problemas cardiacos y respiratorios, o bien enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple o Parkinson. Entre el resto, destacan 61 personas (4%) “con un conjunto de problemas agudos derivados de la ancianidad”; 32 con Alzheimer o procesos similares (2%), y 4 (1%) aquejadas de trastornos psiquiátricos graves.
El episodio de la mujer que no pudo dar su consentimiento resultó “reprobable”, en palabras del informe oficial. Su demencia avanzó muy deprisa y su esposo, también anciano, tuvo que ingresarla en una residencia. Una vez allí, las enfermeras constataron su desasosiego y la tendencia a deambular de noche por los pasillos, propios de su estado. Por su parte, el médico de la institución observó su malestar y falta de lucidez, pero contaba con una declaración donde ella subrayaba que pediría la eutanasia “cuando lo creyera conveniente”. Como lo había dicho antes de perder la conciencia, “el facultativo consideró que había llegado el momento y forzó la situación”, sigue el estudio. Primero, le puso un barbitúrico en el café para adormecerla. Luego procedió a inyectarle una sustancia letal en vena, pero la mujer hizo ademán de rechazarle. El médico dedujo que se trataba de un acto reflejo y continuó, mientras los familiares la sujetaban.
Para los expertos, la primera barrera que nunca debió cruzarse fue la de administrar de forma subrepticia una pastilla para dormir. Al revolverse la enferma, debió haberse suspendido el procedimiento. De ahí que este expediente acabara en manos de los inspectores sanitarios y de la fiscalía. El Colegio holandés de Médicos considera que la eutanasia no debería aplicarse con facilidad ante una demencia en fase avanzada. A principios de febrero, 220 de sus miembros publicaron un comunicado en la prensa nacional donde rechazaban su práctica “si solo contamos con una declaración hecha con anterioridad al momento crucial”. “Si el paciente ya no puede pedirla, nuestra responsabilidad moral a la hora de poner fin a la vida de alguien que ha perdido la noción de la realidad es demasiado grande”, reza la declaración.
En 2013, le fue practicada la eutanasia a una viuda ciega, 70 años, que vivía sola y había intentado suicidarse varias veces. En 2015, ocurrió otro tanto con una mujer de 47 años aquejada de acúfeno crónico (fenómeno que produce zumbidos o silbidos persistentes en el oído). Llevada a cabo en la Levenseindekliniek (en español, Clínica para Morir), la primera institución privada de su clase en Holanda, las comisiones criticaron al médico por no haber solicitado antes un estudio psiquiátrico de la afectada. En julio de 2016, un varón de 41 años la pidió con éxito porque ya no podía soportar su alcoholismo. Una de las exigencias de la ley es que el sufrimiento del paciente sea imposible de aguantar, y él había intentado dejar la bebida durante ocho años. Estuvo asimismo en centros de desintoxicación en 21 ocasiones. Murió en casa rodeado de su familia. Su hermano, un conocido periodista, puntualizó que “el alcoholismo es una enfermedad, como el cáncer, y sus víctimas buscan una a veces una salida digna”. Ambos casos fueron controvertidos, pero no hubo reprimenda oficial.
ENFERMOS JÓVENES Y MAYORES
La Ley de Eutanasia entró en vigor en Holanda en 2002 y está penada hasta con 12 años de cárcel si el médico, generalmente de cabecera, incumple sus requisitos. Debe agotar primero todas las posibilidades de mejora del mal en cuestión. Del paciente, se exige lucidez, seguridad, un sufrimiento insoportable y haberla pedido de forma reiterada. El facultativo está obligado a consultar otro colega antes de proceder.
Permitida a partir de los 16 años (involucrando a los padres en la decisión), los menores enfermos entre 12 y 16 años pueden solicitarla, pero es necesario en consentimiento paterno. En el caso de los bebés, Holanda cuenta con el denominado Protocolo de Groningen, elaborado por el Hospital Universitario de dicha ciudad. Obliga a confirmar que el recién nacido no tiene futuro y soporta grandes dolores. Los padres autorizan la eutanasia.
En 2016, el Gobierno holandés suavizó la normativa para los casos de demencia aguda. La ley impone que el paciente sea capaz de demandar con claridad ayuda para morir. A partir de ahora, el médico estará amparado siempre que el enfermo haya firmado antes, y en presencia de un facultativo, una declaración pidiendo la eutanasia. Al nuevo Gabinete que se está pactando en estos momentos, le aguarda una propuesta que contempla la eutanasia para mayores sanos, pero con “cansancio vital”
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/04/13/actualidad/1492099046_930195.html
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