jueves, 12 de mayo de 2016

Holanda practica la eutanasia a una víctima de violencia sexual

Una veinteañera holandesa ha conseguido que se le practique la eutanasia por ser incapaz de recuperarse de las heridas psicológicas que le provocaron los abusos sexuales que sufrió en su niñez durante diez años, abriendo de ese modo una nueva frontera (y una nueva polémica) sobre el llamado suicidio asistido.
La mujer sufrió abusos sexuales desde los 5 hasta los 15 años y, a causa de ello, padecía un fortísimo estrés post-traumático y graves problemas mentales de los que no conseguía recuperarse a pesar de llevar años y años en tratamiento. Así que solicitó que se le practicara la eutanasia, y los doctores que la trataban dieron su visto bueno a que se le permitiera cumplir su deseo a fin de evitarle más dolor y sufrimiento.
Según los médicos, los problemas que sufría la mujer eran incurables, e incluían anorexia, depresión crónica, alucinaciones, obsesiones, tendencia al suicidio, compulsiones y autolesiones. Sin embargo, siempre según los galenos, todo ello no le impidió decidir de manera lúcida e independiente que deseaba acabar con su vida sin sufrimiento.
A la mujer se le practicó la eutanasia hace un año con una inyección letal, aunque ha sido ahora cuando ha salido a la luz pública. Su caso que supone el primero en el que la eutanasia es aplicada a una persona no por problemas físicos, sino de tipo psicológico.
El caso de esta mujer ya está generando controversia. "Casi que transmite el mensaje de que si una persona es víctima de abusos y a causa de ellos desarrolla enfermedades mentales, se la castiga matándola, que el castigo por el delito de ser víctima es la muerte", protesta Robert Flello, diputado del parlamento británico por las filas del Partido Laborista.
"Lo que esa mujer necesitaba en un momento desesperado de su joven vida era ayuda y apoyo para superar sus problemas, no la opción de la eutanasia", se lamenta la diputada conservadora Fiona Bruce, presidenta del grupo multipartido Pro-Vida del Parlamento británico.
A la mujer comenzaron a practicarle un nuevo tipo de terapia hace un par de años, y que aparentemente estaba dando buenos resultados. Pero, según recoge la documentación del caso, los médicos que la seguían decidieron suspender el tratamiento tras llegar a la conclusión de que los males que padecía eran incurables.

http://www.elmundo.es/sociedad/2016/05/11/57330f2de5fdea9a0e8b463b.html

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