domingo, 15 de enero de 2017

Diagnóstico en salud mental: una aproximación ética

Este artículo es fruto del seminario interdisciplinar del Grupo Aporia y el Instituto docente y de investigación Sant Pere Claver, cuyos miembros son: Leonor Almirall, Marcel Cano, Lluís de Ángel, Josep Maria Esquirol, Sabel Gabaldón, Lía Litvan, Lluís Mauri; Montserrat Picanyol, Sergio Ramos, Begoña Román, Mercè Teixidó, Jorge Tió y Berna Villarreal.

Se ha querido reflexionar críticamente sobre el diagnóstico en salud mental, desde varias perspectivas: epistemológicas, éticas, filósoficas, etc. El trabajo ha sido fruto de varios meses de reuniones entre profesionales de varias disciplinas, psiquiatría, psicología, trabajo social, filosofía, etc. En este trabajo defenderemos las siguientes ocho tesis:

1. Desde el punto de vista ético, el objetivo principal del diagnóstico es orientar una intervención que procure la mayor funcionalidad y el mayor bienestar posibles.

 2. En salud mental, el diagnóstico ha de ser adecuado e integral, de forma que tenga en cuenta tanto la comprensión holística como la explicación de carácter más causal.

3. Hay que subrayar la revisabilidad del diagnóstico, tanto por su naturaleza hipotética como por la plasticidad psicológica y psicopatológica de la persona, especialmente en las etapas evolutivas del desarrollo (infancia y adolescencia).
4. Es necesario ser muy conscientes de la importancia del diagnóstico y de las consecuencias incluso contradictorias que pueda tener. Si bien es un instrumento muy eficaz para mejorar la comprensión, intensificar la responsabilidad y proteger a las personas de los sentimientos de culpa y de las malas interpretaciones profanas, también puede tener usos inadecuados, o llevar a estigmatizaciones.
5. Conviene favorecer que el paciente forme parte del proceso y sea activo en la comprensión de su situación, lo que ya es un primer paso para afrontarla.
6. En función de las necesidades del paciente, la atención profesional debe incluir también a la familia o a sus personas allegadas.
7. Por el grado de afectación que los problemas de salud mental pueden comportar sobre la autonomía de las personas, se acentúa la responsabilidad profesional en relación al paciente, a sus derechos y a su proyecto de vida.
8. Conviene que haya trabajo de equipo y un espacio permanente de reflexión profesional compartida. Por parte de los profesionales lo relevante es la actitud de cuidar a las personas. Las teorías éticas sólo son valiosas si refuerzan esta actitud.

El trabajo íntegro lo podéis descargar gratuitamente en http://aporia.cat/publicacions/

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