El Senado de Argentina ha aprobado una ley de muerte digna que garantiza el derecho de los enfermos terminales a rechazar cirugías, tratamientos médicos o de reanimación para prolongar su vida. Las personas que sufren "enfermedad irreversible, incurable" o "en estado terminal" tienen derecho "a manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital", dice la normativa aprobada por unanimidad.
La ley establece el derecho "a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de causa", aunque mantiene la opción de que el paciente terminal revierta su decisión. En caso de que el paciente no esté en condiciones de manifestar su voluntad por razones físicas, lo podrán hacer sus familiares directos. La norma remarca que ningún profesional que obre de acuerdo a la ley estará "sujeto a responsabilidad civil, penal o administrativa".
La nueva normativa, que había sido aprobada en noviembre pasado por la Cámara de Diputados, excluye la eutanasia, así como el llamado suicidio asistido, que las leyes argentinas castigan como homicidio.
La ley comenzó a debatirse después de que la madre de un bebé en estado vegetativo irreversible desde su nacimiento pidiera públicamente la "urgente" aplicación de una ley de muerte digna. Selva Herbón publicó el pasado mes de septiembre una carta dirigida a la presidenta argentina, Cristina Fernández, para pedirle la aplicación de la ley para su hija de dos años, Camila. La madre considera a su hija víctima de una "clara obstinación terapéutica" de los médicos, que se negaron en repetidas ocasiones a desconectar los aparatos que la mantienen viva por temor a una reclamación judicial.
El País, 10 de mayo de 2012
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